"Panem et circenses" escribía Juvenal en el siglo I, refiriéndose a la costumbre de los emperadores romanos de regalar comida y entradas al coliseo para mantener al pueblo distraído de las actividades políticas.
Como buenos aprendices, nuestros políticos se han encargado de mantener un buen espectáculo, no solamente en el circo (leáse asamblea) si no, en diferentes instituciones del Estado (se recuerdan de la Corte Suprema de Justicia y de la Fiscalía General de la República).
Pareciera que, ante la incapacidad de trabajar para sacar a nuestro país del sub-desarrollo, salir en los medios de comunicación es la principal tarea de un político.
La misma fascinación que encontrábamos al ver a los animales amaestrados en la arena del circo es la que está presente en los números bien montados de los diversos personajes de los principales partidos e instituciones.
Pero ya basta de circo, ¿dónde está el pan?
Mientras tánto seguimos siendo un país tercermundista.
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jueves, 30 de agosto de 2012
viernes, 18 de mayo de 2012
De discusiones intelectuales a pleito de mesón
Hace unos días estuve viendo algunos discursos de líderes políticos salvadoreños de los 80's, me llamó mucho la atención los argumentos que utilizaban, ideas que eran sacadas del "pueblo" y puestas en el micrófono por algún caudillo.
Uno podía escuchar discusiones de ideas sobre cuál debería ser el futuro del país, en frases como "primero El Salvador, Segundo El Salvador y tecero El Salvador" o en contraparte, pero en la misma línea "el pueblo unido, jamás será vencido".
Independientemente del "bando", la primera línea de batalla eran los ideales.
Hoy, los analistas, políticos, funcionarios y demás fauna que habita esa selva, no pasan de sacarse los trapitos sucios al sol y de tratar de ganarle al otro a base de insultos.
¿Dónde quedaron los caudillos que hablaban por el pueblo? Aquellos que, independientemente de sus intereses personales, hicieron más bien que mal y que discutían sobre cosas importantes del futuro de nuestra nación.
A menos que dejemos de estar teniendo pleitos de mesón jamás dejaremos de ser otro país tercermundista más.
Uno podía escuchar discusiones de ideas sobre cuál debería ser el futuro del país, en frases como "primero El Salvador, Segundo El Salvador y tecero El Salvador" o en contraparte, pero en la misma línea "el pueblo unido, jamás será vencido".
Independientemente del "bando", la primera línea de batalla eran los ideales.
Hoy, los analistas, políticos, funcionarios y demás fauna que habita esa selva, no pasan de sacarse los trapitos sucios al sol y de tratar de ganarle al otro a base de insultos.
¿Dónde quedaron los caudillos que hablaban por el pueblo? Aquellos que, independientemente de sus intereses personales, hicieron más bien que mal y que discutían sobre cosas importantes del futuro de nuestra nación.
A menos que dejemos de estar teniendo pleitos de mesón jamás dejaremos de ser otro país tercermundista más.
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